En un mundo paralelo los móviles no existen. La gente se mira a los ojos cuando
habla, en los trenes se disfruta del paisaje y en las reuniones de
amigos todo el mundo habla. En un universo paralelo los móviles no hacen
falta porque hemos aprendido a estar con nosotros mismos.
En un mundo paralelo somos los humanos los que estamos encerrados en jaulas.
En un mundo paralelo la primavera se detiene y las flores se declaran en huelga.
¿Por qué nos arrancáis? Dicen. ¿Por qué nos utilizáis para pedir perdón?
¿Por qué nos dejáis sobre vuestras estanterías hasta que, de tristeza,
nos secamos, y nos tiráis a la basura?